HIFU utiliza energía de ultrasonido enfocada para apuntar a las capas de piel justo debajo de la superficie.
La energía del ultrasonido hace que el tejido se caliente rápidamente, una vez que las células del área alcanzan una cierta temperatura, experimentan daño celular. Si bien esto puede parecer contrario a la intuición, el daño en realidad estimula a las células a producir más colágeno, una proteína que proporciona estructura a la piel.
El aumento de colágeno da como resultado piel más tersa y firme con menos arrugas.
HIFU hace que los tejidos se contraigan, lo que da como resultado un efecto de tensión perceptible externamente. Los fibroblastos se estimulan naturalmente, por lo que el efecto es duradero.
Este tratamiento es indicado para:
En general, el procedimiento funciona mejor en personas mayores de 30 años con laxitud cutánea leve a moderada.
Las personas con piel dañada o con un alto grado de piel flácida pueden necesitar varios tratamientos antes de ver los resultados.
Las personas mayores con fotoenvejecimiento más extenso, laxitud severa de la piel o piel muy flácida en el cuello no son buenos candidatos y pueden necesitar cirugía.
HIFU no se recomienda para personas con infecciones y lesiones cutáneas abiertas en el área objetivo, acné severo o quístico e implantes metálicos en el área de tratamiento.
El sistema HIFU converge la energía en profundidad de forma selectiva (del mismo modo que actúa una lupa con los rayos solares), preservando intactos las capas de la piel más superficiales.
Es por ello que esta tecnología es extremadamente segura; se puede aplicar en cualquier fototipo sin riesgo de lesiones en la piel, permitiendo su uso en cualquier época del año.
No produce fotosensibilidad.
No causa daño a los tejidos adyacentes al área de tratamiento ni a los tejidos superficiales.
El umbral del dolor es totalmente distinto según las personas, pero puede existir cierta incomodidad mientras se libera la energía, pero es una molestia momentánea. La mayoría de los pacientes no sienten dolor.
En algunos casos, se aplica una crema anestésica antes del inicio y luego un gel conductor para que la energía del ultrasonido pueda penetrar a la profundidad deseada.
La duración de una sesión puede oscilar entre 30 y 90 minutos si se trabajan varios campos a la vez.
El paciente puede retornar inmediatamente a su vida normal, la zona inflamada o enrojecida vuelve a la normalidad en pocas horas. Existe una pequeña posibilidad de que aparezca algún morado o cierta sensibilidad en la zona, esto se resuelve en pocos días.
Nada más finalizar la sesión el paciente, ya sea hombre o mujer, nota un 20% del resultado global del tratamiento. Es a los 4-6 meses cuando se aprecia el resultado total del tratamiento en forma de reafirmación general de las zonas tratadas gracias al aumento del colágeno y la elastina a nivel de la dermis.
Hay un efecto tensor que se ve inmediatamente, pero los resultados más duraderos se empiezan a notar conforme vaya consolidándose la activación del colágeno y remodelación del tejido, después de los 21 días de tratamiento y con efectos más notorios hacia los 3 meses. Los resultados varían de persona a persona.
Esto es completamente subjetivo ya que depende mucho de las características individuales como la edad, el estado de la piel, el estilo de vida, etc.
Cuando su aplicación se centra en el rostro (facial) normalmente son necesarias aproximadamente dos, tres sesiones para lograr un efecto duradero en la piel. Esto va a depender principalmente del tipo de piel del paciente y de sus necesidades ya que no es lo mismo una piel madura con mucha flacidez y arrugas que una piel más joven con algunas líneas de expresión.
Su aplicación corporal se centra en la zona de flancos, piernas, abdomen, glúteos y también en el rostro (papada, cuello).
Es recomendable un mínimo de 3 sesiones para comenzar a ver resultados.
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